- Qué momento para ser el intelectual.
- ¿Habrá algún buen momento para ser el intelectual?
- Es buena la pregunta. Pero qué momento tremendo para haber sido el intelectual del Fin de la Historia. Me imagino a Fukuyama tapado con la frazada hasta la nariz, la doña sirviéndole un té para que se le pase la depre...de la cama al baño y del baño a la cama. Los amigos mandándole mensajes, que mire esto, que mire lo otro. Y la bronca...
- ¿Le parece, bronca? El tipo tampoco es el diablo, tiró un pronóstico, le erró, listo. Hasta debe haber ganado sus buenos pesos y, si no los tenía en Wall Street, probablemente los conserve. Hasta, paradojas del destino me dirá usted, quien sabe si no terminará pagando los salvatajes él, indirectamente.
- Yo creo que tiene bronca de saber que el intelectual, a diferencia del periodista y hasta del político, queda pegado para siempre. La vida intelectual conlleva una lógica paracaidista: se pifia una sola vez y para siempre. Y un error es estrolarse contra el piso a doscientos kilómetros por hora. ¿Sabe por qué los libros llevan los nombres de sus autores?
- ¿Vanidad?
- Además. Pero también por una cuestión de memoria, para que no nos tomen de boludos. Yo creo que internet nunca va a reemplazar al libro por esa cuestión. Para que Fukuyama no venga mañana a decirme que se avecinan nuevos tiempos, que el rol del Estado, que lo que sea. En todo caso internet podría servir como excusa: que la vorágine me obligó a decir algo, y entonces el Fin de la Historia hubiese sido, más que una legitimación del statu quo, un post a las apuradas para chicanear a un blogger amigo. La impresión, en cambio, es un símbolo de seguridad y convencimiento. Todas esas hojas ahí, encuadernadas, revisadas miles de veces, implican que no hay errores: al menos, que todo eso se quiso decir. Se pudo haber dicho feo, mal, desprolijo: pero se quiso decir, y eso es lo importante. Pero Fukuyama cometió un error que lo diferencia de todos los demás intelectuales que pifiaron alguna vez: negó la contingencia.
- ¿Usted dice que Fukuyama ya perdió como intelectual?
- Yo digo que Fukuyama, por ese error, había perdido desde antes de empezar a escribir. Ninguna persona que se precie de tal, de persona, puede afirmar seriamente que se acabaron las ideologías porque ganó la mía. El mérito de Fukuyama era esconder la ideología propia para decir que ya no había ninguna y que, por walkover, ganaba la que quedaba en la cancha, el liberalismo democrático. No hubiese sido grave, en todo caso, ser un intelectual del neoliberalismo, que lo fue. Lo grave, para él y su mujer que ahora le sirve té, es que el tipo se suicidó intelectualmente.
- Bueno, en todo caso si tuviesen que suicidarse todos los intelectuales neoliberales...
- No, los intelectuales neoliberales van a seguir ahí. Y van a decir que el error fue la política, que el Estado intervino de a poquito y que eso llevó a la debacle. Vamos, el recetario discursivo harto conocido. Y, en todo caso, es previsible. La realidad chocó contra una teoría, y la teoría va a decir que la realidad iba borracha y pasó en rojo. En todo caso, no importa. La moraleja...
- Ah, venía de moraleja el cuentito...
- La moraleja, en definitiva, es que la única realidad es la contingencia. Que todo es de una manera, sí, pero que bien puede ser de otra. Y que a los sistemas los hacen, sostienen y derriban los propios hombres. Del ridículo no se vuelve nunca, decía El General. Yo creo que es más probable volver del ridículo que de declarar que la Humanidad va a ser de una manera, así y para siempre.
- ¿Fukuyama ha muerto?
- Fukuyama ha muerto. Y algún Nietzsche nac&pop deberá escribir: "¡Fukuyama ha muerto!¿Quién borrará esa mancha de sangre?, ¿qué agua servirá para purificarnos?, ¿qué explicaciones, qué ceremonias sagradas tendremos que inventar? La grandeza de este acto, ¿no es demasiado grande para nosotros?"
(Y aprovechamos para avisar nuestro martes de Noticias del Sur)
Primavera 2024 (88)
Hace 17 horas.
6 comentarios:
Ya sabemos que no estamos en el fin de la historia, ni siquiera en el comienzo del fin de la historia. Lo que si sabemos es que aparentemente estamos al final del fin de una historia; del final de una pesadilla neoliberal donde prevalecia el capitalismo salvaje, como lo califico Juan Pablo II, la violencia social y la violacion persistente y global de todos los derechos humanos.
palabras pronunciadas en el discurso de Venezuela ante las Naciones Unidas
(un poco de autobombo: pueden escuchar el discurso completo en mi blog: http://polycarpo.blogspot.com/2008/09/discurso-completo-de-venezuela-en.html
saludos desde santiago del estero
ah! a la frase "la unica realidad es la contingencia" ya la hice mia
una vez mas, excelente post
TOMAS:
Recuerdo una nota de Fucu (sin ánimo de defenderlo, heee) que decía días después del 11S que se separaba de Wall Street y se iba directamente con el pentágono.... digo, como para ir pensando cómo sostendrán la coraza del imperio...
http://www.lainsignia.org/2001/octubre/int_005.htm
Ayer luego del "no" del congreso a Bush pensaba justamente en Fuck-you-yama, que se equivocó, y que si hay una fin de la historia, es el de la historia neoliberal, ahora mismo.
Peero che! este zurdaje no entiende nada... ¿cómo que Fukuyama murió si lo tenemos de columnista invitado de Clarín?
¡Viva el fin de la historia! (del neoliberalismo).
Abrazo
Gracias gente, muy buenos los aportes.
Diego, te juro que no lo había visto, sino lo ponía! ja ja, Fukuyama no tiene cara, pero Clarín tampoco eh!
Ya lo llevaron al Carlo, a Kissinger, a Fukuyama... ¿quién será el próximo columnista estrella?
Abrazo
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