4/9/08

La Llave

- Che, ¿me hacés un favor?

- Sí, decime...

- ¿No me corrés por izquierda?, tengo un par de ideas que necesito acomodar, sobre el paro docente.

- ¿Qué pasa, ahora también contra el paro docente?, ¿te volviste macrista?

- No, contra el paro docente no. Contra las adhesiones de mi facultad en particular. El paro docente y de los estudiantes es justo y válido. En realidad, contra la actitud de las agrupaciones de mi facultad. Contra nadie más.

- ¿No te parece que el sueldo docente es una miseria, que hay que ser solidarios con ese reclamo?

- Sí, eso me parece. Lo que no me parece es que salgamos a poner nuestros reclamos también.

- Pero, me extraña compañero, la lucha es complementaria, la individualización de las luchas es neoliberalismo puro...

- Entiendo. Pero entiendo también que podemos luchar sin la pancarta todo el tiempo. Que podemos dejar pasar un tren, una vez. Sino pareciera que todos nos dejan bien. El cortoplacismo no sirve para un carajo, diría Luis. Pensemos -una vez- unos metros más allá de la facultad, seamos más que solidarios, altruistas, bajemos una vez las pancartas y vayamos con las verdaderamente urgentes, las de la educación inferior, las de los pibes que van a a la escuela a comer. Hace rato que la revolución dejó de estar a la vuelta de la esquina.

- Pero, usted lo sabe, en política o se juegan todos los partidos o no jugás más.

- Pasa que me da miedo...

- ¿Miedo?

- Miedo por ellos. ¿Sabe?, no debería decirlo, me sentiría un infiltrado. Pero que quede entre vos y yo: siento que tengo la llave para desarticular la poca organización del movimiento estudiantil.

- ¿La llave, y cuál es?

- Dos palabras: ¿qué quieren?

- Claro, cumplir las demandas de un sector siempre es...

- No, no. No va a haber nada que cumplir. Ahí se termina todo. Pregúntele al movimiento estudiantil qué quiere, y allí donde tenía cuatro agrupaciones de cien, tendrá cuarenta de diez.

- No chicanee así a los troskos, falta el chiste de que dos troskos y una imprenta hacen un partido y dos troskos con dos imprentas dos partidos...

- No, no es chicana ni es sólo para los troskos. Hay un error esencial: salimos a dar una batalla y no sabemos por qué. Queremos presencia en los medios, sí, pero ¿para qué?, ¿cómo vamos a ganar algo si no sabemos qué es lo que queremos ganar?

- Bueno, sabemos: mayor presupuesto, edificio único...

- Quizás el problema también son las consignas. ¿Edifico único? Eso también implica centralización, anclarnos en un barrio y, peor, encerrarnos en el mundo académico para siempre. ¿Cuánto vamos a tardar en decir que el edificio único también implica menos puestos de trabajo para los no docentes?, ¿cuánto vamos a tardar en parecer De Ángeli corriendo la línea de llegada siempre un poquito más? Empezamos diciendo que se cayó una viga y resulta que no era una viga, sino un fierro, que por cierto igual no se debería haber caído. Pero, ¿qué necesidad de poner la cuestión en el extremo?, ¿por qué caemos en la lógica televisiva de llamar a las cámaras y denunciar a los gritos al decano?, ¿en qué nos diferencia eso de la señora que le roban en la esquina y culpa a los jueces garantistas de cuidar los derechos de "los delincuentes y no de los ciudadanos"?

- Entonces, ¿qué?, ¿no hacemos nada?

- Hagamos. Pero sepamos primero qué queremos, cómo lo queremos y para qué sirve lo que hacemos respecto a esos objetivos. Sino, vamos a tener siempre más pancartas que militantes.

7 comentarios:

Diego F. dijo...

Muy de acuerdo con tu post, me encantó lo de los troskos con impresoras :P
El otro día estaba cursando y entraron del PO a hablar en tono revolucionario (caminando de un costado al otro, con el dedo alzado y a los gritos, lo juro) acerca de que se había caido la famosa viga "en la cabeza" (que por suerte no fue así) de la compañera y ahí nomás, sin escalas, pasó a "...y por eso exigimos el edificio único...". Cuando se fueron el profesor empezó a hablar del tema, apoyando el reclamo, y yo le digo: Supongamos que se te cae una viga y está todo en estado pre-cromañón -ajá dice él mientras mis compañeros me miran con cara rara- salís a reclamar, ¿no? -ajá, es lo que están haciendo- sí claro, digo yo, pero ¿cómo es que en lugar de exigir que se arregle el edificio omiten eso y diréctamente piden el edificio único? ¿Cuál es el sustento argumental para marchar por un edificio diferente cuando la viga se te cayó en el que actualmente cursás?
Y ahí el profesor tartamudeó, y se lo atribuyó a mi interpretación hermenéutica del hecho... y siguió con la clase mientras mis compañeros se cagaban de risa de lo irracional de los muchachos que entraron 5 ¡CINCO! veces durante la clase a pedir lo mismo (de diferentes agrupaciones, claro).

Yo no comparto el reclamo por el edificio único, por varias razones. Creo que hay muchísimas otras prioridades y que se pueden solucionar muchos problemas al corto plazo con una mejor organización y coordinación entre sedes. Pero claro, siempre es más fácil pedir la panacea...
Lo peor es que si decís esto se te vienen al cuello las quinchicientas orgas...
En fin, saludos!

Tomás dijo...

Absolutamente de acuerdo con vos Diego.

Primero, el chiste es robado. Circula por los pasillos, y como tal no tiene autor, pero te lo tiro completo (yo le mandé partidos, en realidad era diarios):
un trosko+una imprenta=un diario
dos troskos+una imprenta=un diario
dos troskos+dos imprentas= 2 diarios

Tampoco comparto el reclamo del edificio único. Me parece salir de los barrios, y ya bastante lejos de los barrios estamos; me parece encerrarnos en la comunidad académica y ya bastante encerrados estamos. Por otro lado, no sé qué tipo de interrelación garantiza la convivencia, no veo cómo necesariamente la convivencia con otras disciplinas me acercaría a ellas académicamente. No hace falta mudarme con un sociólogo para laburo interdisciplinar.

Abrazo!

Charlie Boyle dijo...

Me encantó, me hizo acordar al discurso de margarita Stolbizer sobre el radicalismo. Con Cobos tienen los cinco minutos de fama pero no el Para qué
PAra que Moreau sea diputado de nuevo creo.
Es un discurso muy actual.
Propuesta, no sería mas saludable ver cuales son los cuarenta para quées y a partir de allí ir consensuando unos pocos, ya me conformo con pocos, ni siquiera con uno único

Anónimo dijo...

Primero, qué bueno el chiste, no lo conocía y te lo voy a robar. Y segundo, muy cierto, siempre faltan proyectos, pero proyectos realizables, bajados a tierra, de este planeta, el problema es que se vuela muy alto, siempre en la superestructura, y nunca se vuelve a este planeta con cosas concretas, siempre el socialismo, la justicia social, la independencia, la libertad, y demas, pero nunca se dice cómo llegamos a eso, ni cómo ni con quiénes, ni siguiendo qué pasos...

Enrique Martín dijo...

Y bueee. es la universidad sarmientina/trostkista que supimos conseguir. Prefiero un ignorante, porque tiene la cabeza abierta y todo por conocer. A estos chicos hay que desenseñarlos, y eso cuesta mucho trabajo. Sacarles del mate años y años de gorilaje izquierdoso, mamado en las aulas y en casita. En Venezuela despotrican contra Chávez y aquí lo harían contra Fidel, si fuera argentino. La verdad, los estudiantes no mueven el amperímetro. Y, la verdad. también, aunque se enojen, nadie los necesita. Otra cosa sería con un PLAN DE EDUCACIÓN EN SERIO, QUE ESTE GOBIERNO NO TIENE, como no lo tuvieron los anteriores. Mientras tanto, el peso de la lucha está en otro lado, en otros brazos, en otra historia ¿Nostálgico?

Charlie Boyle dijo...

Reflexiones Siesteras: ¿Qué tienen en común Tomás, Shakespeare, Além y el Escriba?: "Creo que este tema que Tomás pone sobre el tapate es crucial a la hora de analizar si esas identidades son una sola o son cuarenta con un sello de goma. O reformulando la pregunta ¿El largo del miembro masculino, define la masculinidad? Convengamos que una boa constrictora es la fantasía de mas de un varón y de una multiplicidad de damas. Todos dicen que no pesa, pero a la hora de elegir nadie se inclina ante un chisito."

Tomás dijo...

Pavada de interpretación se mandó Charlie de algo que yo no estoy en condiciones de resolver, obviamente, pero que intentamos pensar: la identidad.