- Por fin, me tenía harto.
- ¿Le parece hablar así de Alfon...?
- No, espere, no confunda. Se la voy a hacer sencilla, sin rebusques. Acabo de ver en uno de esos resúmenes a Roger Federer romper una raqueta contra el suelo de calentura. No sabe cómo salté del sillón a escribir este post. Chocho, mire, chocho.
- ¿Le cae mal Federer?
- Qué se yo, juega al tenis, juega lindo...no sé cómo me cae. Lo que me gratifica verdaderamente es el fin de una mentira, de un modelo basado en una falacia: el deportista correcto. Lo odio, odio con toda mi alma el fair play, el tipo que tiene la misma cara los noventa minutos, todos los sets, perdiendo, ganando, siendo vapuleado o estando a dos puntos de ganar. Cuando lo veía hoy a Federer romper una raqueta contra el suelo no podía evitar sonreir y decir: claro, cuando vamos ganando, cuando somos el número 1 somos todos correctos, no demostramos emociones, seguimos todas las reglas y hasta consolamos a nuestros rivales y mostramos una actitud caballeresca con ellos...
- Discúlpeme, que lo corte. Usted está tirado en un sillón sin mover una pata, no cobra, ni cerca, el sueldo de un deportista de elite y, por lo que sé, tampoco trabaja de decir las cosas que deben o no deben hacer los deportistas, ni tiene convenios con marcas de raquetas...¿me explica qué le satisface de que un tipo rompa una raqueta?
- No me agrada la ruptura de la raqueta en sí. Me agrada lo que demuestra. Me molestaba de Federer el traslado que de él pudiese hacerse a la vida pública: Federer era el modelo del político de consenso de los republicanos autóctonos. Imagínese: suizo, hasta suizo es el tipo, nuestro paradigma de honestidad y buenas costumbres cada vez que alguno habla de política y de sociedad y de por qué no somos como otros y en cambio somos como nosotros.
- Eso no es culpa de Federer.
- Claro que no, y Halley tampoco tiene la culpa de un pedazo de piedra que cada tanto se da una vuelta por la Tierra y, sin embargo, ahí lleva la piedra su nombre estampado. Con su actitud de romper una raqueta, Federer dio cuenta de aquella falacia y nos dio lecciones sobre la vida política: tal vez muy a su pesar, nos contó un cuentito a todos, nos explicó maquiavélicamente (en el sentido de describir las cosas como son y no como deberían ser) que la lucha política funciona de esa manera y que cualquiera puede darse aires de republicano cuando es oposición...
- Casi una respuesta de Federer al endiosamiento de Alfonsín...
- Quién le dice, en una de esas sí. En una de esas el raquetazo de Federer deberá estamparse sobre la cabeza de unos cuantos, y hacerlos pensar que el Alfonsín del consenso era el Alfonsín débil y que la táctica del consenso era parte de una estrategia, políticamente legítima si no se la absolutiza, para revertir esa debilidad.
- En algo me convenció: todos rompen raquetas alguna vez.
- Exacto. Y habría que preocuparse, en todo caso, cuando no las rompen. Porque quiere decir, en definitiva, que hace mucho tiempo que están primeros en el ranking y no tienen motivos para calentarse.
Hacia una internacional anti «woke»
Hace 4 horas.
3 comentarios:
Buena, Tomás.
"San Alfonsín" por cadena nacional y con luto en la esquina de la pantalla es algo muy distinto a Raúl Alfonsín.
La política no descansa ni durante un velorio: el florentino ya lo sabía.
PD: Roger está teniendo problemas para cerrar sets o partidos; antes esto sólo le pasaba con Nadal. Ahora le pasa con muchos más (Murray, Djokovic,Roddick).
¡Cómo no va a romper la raqueta!!
Un Abrazo, Tomás.
Muy buen post, aguanten los exabruptos, y ya que estamos, aguanten los deportes de equipo.
saludos bandoneonicos
laura
Podría estar el archivo del blog un poco más arriba, la rueda del maus me anda mal y bueno.. federer es un careta y alfonsín no y los dos ya fue.. saludos
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