Este junio, cueste lo que cueste...

Acá, acá y acá algunos buenos punteos sobre el adelantamiento de las elecciones.

Acá agregamos algo.

Mientras Moralez, el Epístolo, redacta justamente epístolas a Néstor para exigirle racionalidad y mesura, Néstor está pensando en lo que la dirigencia debe estar pensando en este momento: la crisis internacional. "Hay gente viviendo en carpas", lo escuché decir recién a Néstor no sé en donde. El gran punto a favor del cambio de fecha es ese: hay que salir a machacar hasta que el clivaje, la pregunta obligada de Bonelli en los debates sea: ¿y usté` qué haría con la crisis?, y tengamos que ver a Carrió decir que va a enfrentar la crisis con la verdad y el contrato moral y la virgen maría, sí, que es virgen pero también, parece, anti-cíclica. Solamente el Gobierno tiene la capacidad de demostrar que sabe maniobrar en épocas de crisis. Porque es, además, la única opción que ya gestionó de verdad.

Al contrario de lo que va a salir a decir la Coalición Cívica y toda la horda republicaneta que quede en orsai con la propuesta de adelantar, creo que es una medida que busca estabilizar. Es posible que el cimbronazo se venga pior, no importa si viene o no: pero es posible y con eso alcanza para tener cuidado.

Cuando se está por nublar, elijamos capitán y cantidad de marineros, así la tormenta nos encuentra, al menos, a cada uno en su lugar. Hay que institucionalizar la correlación de fuerzas, urgente, plasmarla en sillitas en el Congreso, o entonces la patria agro-mediática nos inunda todo el día con el poderío de cuatro chantas, un atleta sin avión y una profeta que no acierta una.

Que la crisis nos encuentre unidos o debilitados. Pero quizás saber cómo nos va a encontrar, sea mucho más importante que la forma misma en que nos encuentre. Aunque sea obvio que es preferible unidos y con muuchas sillitas en el Congreso.