Crear dos, tres...muchos Buzzis

- ¿Sabe qué es lo mejor que hace este Gobierno?

- Uh, volvió el talibán...

- No, de verás. Es extraño que lo mejor que hace es aquello que se le critica, y desde casi todos los lugares. Lo mejor que hace este Gobierno es confrontar.

- Se va a enojar Bergoglio. Y Bergman. Y Ruiz Guiñazú...

- Entonces voy por el camino correcto. Este Gobierno confronta bien, y usted me dirá que la 125 fue una muestra de cómo no se confronta, y yo le diría que tal vez, pero que en todo caso aprendió.

- ¿Aprendió a confrontar?

- Exacto. Aprendió a elegir las luchas y a no subirse a todos los bondis que pasan. Es posible que en política no todos te dejen bien, y que no haya uno que sea el definitivo, pareciera como si siempre pasara uno más. Aprender a confrontar no es dejar de hacerlo, si no hacerlo, je, en su justa medida y armoniosamente: manejar los tiempos, los lugares, las palabras y las formas. Y, sobre todo, aprender a dejar pasar las que no convienen...

- ¿Por ejemplo?

- Por ejemplo Carrió, a quien no se le contesta. Néstor le tira un palito, sí, pero dos semanas después de que sale a decir que es un nazi, dos años después de que dice que en Argentina sólo faltan campos de concentración: o sea, cuando desbarrancó. Eso es esquivar con talento una lucha inútil, hay que saber putear al grandote que te volcó cerveza cuando ya quedó lejos y no te escucha. Pero, sobre todas las cosas, confrontar con desbarrancados es tácticamente perfecto...

- O sea: ser un cobarde es políticamente redituable.

- Mire, la línea que separa la cobardía de la inteligencia es bastante fina, tanto, casi, como la que separa la guapeza ciega de la estupidez. Pero es tácticamente perfecto porque el otro queda tirando piñas al aire. Incluso nos pega algunas, pero entonces el patetismo se hace más evidente. No hay Gobierno que haya soportado tantas injurias, y lo bien que hace, digo, en soportarlas. Hay que desarrollar el síndrome Homero Simpson, dejarse pegar hasta que el otro se cansa y se caiga por peso propio. Este Gobierno no va a caer porque los ruralistas echen a Echegaray de un partido de rugby, o Buzzi diga que hay que desgastarlo. La verdad es que a uno le gusta chicanear, y remarcar la intolerancia de los tipos que es absolutamente cierta, pero el Gobierno no se va a caer porque los defensores de las AFJP golpeen a un tipo que se parecía a Recalde, ni porque un par de tipos vayan a escrachar a Rizzo por decir lo que tiene ganas de decir.

- Entonces hay que soportar todo porque es redituable...

- Todo no. Pero estas cosas sí. Hay que dejarlos hablar, que choquen ellos solos, Buzzi es el ejemplo. Hay que crear dos, tres, muchos Buzzis. Que insulten, injurien y pataleen todo lo que quieran, hay que bancarse las agresiones estoicamente. Porque un día, cuando los medios se aburren de las incapacidades de estos muñecos de generar conflictos, les sacan el micrófono. Y, ahí, cuando se les pasa el cuarto de hora, empiezan a develar lo que en realidad son. Y cuando lo develan, amigo, le aseguro que la pelea es mucho más sencilla: ahí sí, entonces, llegó la hora de confrontar. No era lo mismo pelear contra el Buzzi sex-simbol de la frazadita que contra el Buzzi que manifiesta la necesidad de desgastar al Gobierno. Parar la pelota y pensar un segundo más que el otro siempre, siempre, es una ventaja.