Boletín del Proyecto Ave Fénix, "Hablando desde las cárceles". Resumido por este blog por motivos de espacio. Noviembre 2007.
Fábrica de culpables.
El interno Juan Pérez se encontraba en la oficina de la Defensoría Oficial, pues no disponía de medios económicos para contratar un abogado particular.
- Bueno Pérez, le hemos hecho llamar porque la fiscalía le está ofreciendo una pena de tres años en suspenso, en juicio abreviado, mire que la hemos luchado Pérez, el fiscal quería cuatro.
- ¡Pero ya le dije que soy inocente!, ¿cómo voy a firmar?, quiero irme al juicio oral, pues, para demostrar mi inocencia...
- Está acusado de robo en banda poblada Pérez, es de tres a diez años. Mire que tres años es el mínimo penal, y como la sanción es en suspenso, al firmar automáticamente obtendría su libertad.
- ¡Pero le digo que soy inocente pues! (...)
Juan Pérez, era un caso de pocos que los hay, que tuvo la desgracia de pasar aquél día por un hecho delictivo y por su apariencia ramplona lo vincularon. Quedó preso desde esa fecha, hace nueve meses. Su esposa por las dificultades económicas y la lejanía de su hogar, había ido a visitarlo tan sólo en seis oportunidades.
- Juan, parece que la nena tiene "mininjitis", le había dicho su delgada mujer en la última visita.
- Ya no vengas pues, preocúpate en llevarla al hospital.
- También tengo que ir al juzgado para que te den juicio pronto. Así se aclara esta confusión.
- Sólo preocúpate de la nena, soy inocente, confío en la Justicia. (...)
- ¿Qué dice Pérez?, ¿acepta el abreviado o no?, mire que la decisión es suya, nosotros lo acompañaremos en lo que decida.
- Pero soy inocente pues señor. ¡Quiero irme a juicio oral!
- Bueno, hay fecha para el próximo año.
- ¿No puede ser antes?
- No, no hay cupo Pérez.
- ¿Y tengo que esperar un año más en la cárcel?
- Por supuesto Pérez, está con prisión preventiva.
- Quiere decir pues, que para demostrar mi inocencia tengo que seguir preso durante un año más y si me declaro culpable de lo que no hice me voy a mi casa en seguida.
- Así es Pérez.
- No es justo pues.
- Es la realidad Pérez, yo no la inventé -se cubre el abogado.
- ¿Y usted no puede hacer nada señor?, es mi defensor
- Lamentablemente no Pérez, aunque quisiera, ¿entonces acepta?
- Sí, pues señor, es mi libertad.
- Bueno Pérez, le hemos hecho llamar porque la fiscalía le está ofreciendo una pena de tres años en suspenso, en juicio abreviado, mire que la hemos luchado Pérez, el fiscal quería cuatro.
- ¡Pero ya le dije que soy inocente!, ¿cómo voy a firmar?, quiero irme al juicio oral, pues, para demostrar mi inocencia...
- Está acusado de robo en banda poblada Pérez, es de tres a diez años. Mire que tres años es el mínimo penal, y como la sanción es en suspenso, al firmar automáticamente obtendría su libertad.
- ¡Pero le digo que soy inocente pues! (...)
Juan Pérez, era un caso de pocos que los hay, que tuvo la desgracia de pasar aquél día por un hecho delictivo y por su apariencia ramplona lo vincularon. Quedó preso desde esa fecha, hace nueve meses. Su esposa por las dificultades económicas y la lejanía de su hogar, había ido a visitarlo tan sólo en seis oportunidades.
- Juan, parece que la nena tiene "mininjitis", le había dicho su delgada mujer en la última visita.
- Ya no vengas pues, preocúpate en llevarla al hospital.
- También tengo que ir al juzgado para que te den juicio pronto. Así se aclara esta confusión.
- Sólo preocúpate de la nena, soy inocente, confío en la Justicia. (...)
- ¿Qué dice Pérez?, ¿acepta el abreviado o no?, mire que la decisión es suya, nosotros lo acompañaremos en lo que decida.
- Pero soy inocente pues señor. ¡Quiero irme a juicio oral!
- Bueno, hay fecha para el próximo año.
- ¿No puede ser antes?
- No, no hay cupo Pérez.
- ¿Y tengo que esperar un año más en la cárcel?
- Por supuesto Pérez, está con prisión preventiva.
- Quiere decir pues, que para demostrar mi inocencia tengo que seguir preso durante un año más y si me declaro culpable de lo que no hice me voy a mi casa en seguida.
- Así es Pérez.
- No es justo pues.
- Es la realidad Pérez, yo no la inventé -se cubre el abogado.
- ¿Y usted no puede hacer nada señor?, es mi defensor
- Lamentablemente no Pérez, aunque quisiera, ¿entonces acepta?
- Sí, pues señor, es mi libertad.
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