Este blog no cree en la inspiración. No entiende el proceso de la abstracción, del encierro en el yo mismo, de la sublimación de alguna idea: este blog -su autor, acaso -comprende que a la soledad se la disfruta y se la sufre, pero no se la carga con la necesidad de ser musa inspiradora. Este blog cree que la soledad ya tiene bastante con sus propios problemas.
Entonces este blog funciona con disparadores del ajetreo de la vida cotidiana, que es más o menos un eufemismo para decir que le chorea a todos los que escucha. Una charla, una frase, una lectura, algo: todo sirve para disparar una chaveta dentro del cerebro, que le pega a una bolita, que tira unas fichitas de dominó, que golpea un gato que duerme, que tiene atado a la cola un cajón, que sale corriendo y ese cajón se abre, y ahí, oia, estaba eso que tenía ganas de decir. Y uno nunca sabe qué viene primero: si el disparador, si la chaveta, si la bolita, si las fichitas, si el gato, si el cajón, si aquella idea. Este blog no sabe si es más importante la idea adentro del cajón o aquél disparador que la hizo ver la luz. Vaya uno a saber.
La cuestión es que leo esto: "Atenti: el valor del afecto y la amistad en la constitución de redes sociales y políticas".
Lo dice Mendieta. Dice algo de lo que siempre tuve ganas de hablar: del Azar, en la política. En la vida, me dirá otro, y yo le diré que también, pero que me deje hablar de lo azaroso, ya no en la política así en grande, sino en la militancia. Podríamos arriesgar: que la pertenencia partidaria, política, cultural, es un azar condicionado. El azar de la pertenencia a un sector y no a otro está condicionado por la Historia, por la Mundial, por la Argentina, y por la personal. Pero no deja de ser alguna forma del azar, aquello que da la última puntada, lo que adorna el postre y lo constituye: ¿acaso no son tan posibles las dos alternativas: el hijo peronista por la familia peronista, y el hijo anti-peronista por la familia peronista?, ¿no tienen, ambas, una explicación pre establecida que se adorna según los azares del caso? (y a la primera siempre se le atribuyen explicaciones más terrenales y simplistas; en cambio, pareciera que la segunda exige un grado mayor de pretensión intelectual, cierta psicología de mesa de casamiento que cita a Freud recién después de la tercera botella, y le dice, claro, Froi, y termina llamándolo "merquero, pero buen tipo").
A pesar de ser un azar, la elección de una pertenencia está condicionada por cierta historia de un país, por este, por lo que fue el peronismo, por la historia del radicalismo, por las divisiones de clase, por las divisiones no tan de clase, por las empatías, por las formaciones urbanas. A tal punto que aquello que, dijimos, era una elección, termina casi no siéndolo: es, en todo caso, una intensificación del azar.
Si la lotería es una intensificación del azar, una periódica infusión del caos en el cosmos ¿no convendría que el azar interviniera en todas las etapas del sorteo y no en una sola? ¿No es irrisorio que el azar dicte la muerte de alguien y que las circunstancias de esa muerte la reserva, la publicidad, el plazo de una hora o de un siglo--no estén sujetas al azar?
Dice Borges en "La lotería en Babilonia".
Creo que ahí hay una negación de cierta premisa liberal de rational choice, algo que destruye el mito fundante de la economía liberal: el sujeto libre y racional que toma decisiones que racionalmente le convienen. Tal vez todo es un azar que está sostenido en otro, y que espera popperianamente otro azar que lo refute: "el número de sorteos -prosigue JLB- es infinito. Ninguna decisión es final, todas se ramifican en otras". No se nace peronista, ni troskista, ni gorila, ni radical, ni nada. Se nace en blanco, aunque por razones estadísticas uno tenga más posibilidades de ser una cosa que otra. Pero de todas las chances estadísticas, la vida que se vive es una sola y se niegan las 99% restantes: toda decisión remite a sorteos anteriores que nos fueron construyendo, y que nos hicieron esto.
Los que fueron llevados a ese local por ese amigo, ahora deberán pensar en el azar de esa amistad, en aquél primer encuentro a los casi ocho años, cuando -por otra decisión azarosa -en vez de patear al arco hecho de buzos, se la dieron a ese pibito rubio que gritaba y que como hizo el gol -por otros azares de la física- los invitó a tomar la leche. La repentina aparición de esa mujer, el azar de esos diecisiete años en los que parecía ella o la tristeza absoluta, y era necesario seguirla, seguirla hasta donde fuere, hasta esa reunión donde hablaban de no sé qué cosa, de unos trabajadores, quizás, no importaba si era para escucharla, aunque sea un rato. Lo azaroso de caer en un sindicato y no en otro; la importancia, la absoluta y determinante relevancia de la cercanía, y hablo de la cercanía más geográfica, de un local partidario. O de mudarse de ciudad, el azar de no poder o no querer seguir viviendo en la misma que te vio nacer, y tener que cambiar, y construir una vida social nueva que implique, también, la militancia. Ahí sí, es todo azar, no hay casi nada de elección racional en base a teorías a las que uno adscribe o deja de adscribir previamente: la imagen es lo más lejano posible al cliente recorriendo las góndolas de la oferta política con el chango vacío. Ahí es todo azar, es puro sorteo, el tipo que se te acerca primero va ganando por mil puntos, y quien te ofrece además una cerveza después del laburo militante, ese, ese se lleva casi todos los premios. Ni te cuento si te escucha, un rato, lo que vos tenés para decir, la gente que extrañás, los que no tenés ganas de extrañar, pero igual, la mina que pasa por ahí por la ventana: ahí se formó un militante, y se negaron principios centenarios de ciencia liberal. La oferta y la demanda enterradas bajo el peso de azares menos dignos de ser científicos, pero más explicativos de la formación de una conciencia.
Asumir ese azar y tratar de condicionarlo nosotros.
Tarea para el hogar.
6 comentarios:
Que maestro,una genialidad, ehh la verdad tocás algunos puntos que me llegan hondo, la cercanía geográfica para militar, el cambiar de ciudad. Hay otras cosas en tu post lleno de ideas, con las que no tengo cercanía por ejemplo adoro a Melanie Klein, y sus teorías de cómo de bbs asimilamos todo. Tengo simpatía con la teoría de lo transgeneracional, pero debo decir que con varios años de psicoanálisis, ya me permití el derecho de tener mi punto de vista. Sin embargo no puedo dejar de pensar que el post está re bueno !! cariños mery. ojalá podamos encontrarnos.
Mire. Le propongo esto: yo cada tanto tiro una idea en un párrafo y ud. se escribe post como estos. Listo: tengo la misión cumplida.
Abrazo
Y vamos cincuenta y cincuenta Mendieta, como corresponde.
Es bueno esto para pensar las coaliciones
http://www.revistadebate.com.ar/2009/08/07/2164.php
Antes de decir "no, esos son todos unos tal por cual, no nos vamos a juntar con ellos nosotros que somos los salvadores de la patria". Porque por ahí "nosotros" estamos donde estamos de pedo y ellos, pues también.
Saludos
PD: Juguemos al Quini a ver si zafamos.
nosotros ya ganamos el Quini yestamos armando un multimebio: Blog, Teatro de títeres y murga.
Muy bueno amigo .La verdad que este se luce y quizas sea el azar que hoy cuando entro a navegar me detengo un rato a leer sus palabras ,aunque debo decir que no solo fue eso.
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