29/8/08

Atenti, Bergoglio

Leemos en el Adan Buenosayres de Marechal la siguiente descripción de uno de los infiernos:

- Sufre aquí -me dijo Schultze- una subespecie humana reconocidamente nauseabunda: es la de los intermediarios, acaparadores y esas alimañas por el estilo, que, instalándose entre el productor y el consumidor, saquearon al uno y al otro mediante una sutil cadena de especulaciones, trampas, astucias y escamoteos. Los verá en aquél cilindro rojo, metidos en el fango hasta la verija y cubiertos de sanguijuelas.

- Muy equitativo -le respondí yo bostezando.

Pero me negué a entrar en el cilindro rojo, y encaminé mis pasos hacia la salida.

- En este cono amarillo -insistió Schultze, aparejándoseme- viven los que, alarmados ante una gran cosecha y con el afán de mantener los precios en su elevación usuraria, quemaron silos desbordantes, arrojaron al Paraná toneladas de fruta, e hicieron correr el vino por las acequias de Mendoza, el año aquel que todos los burros de la provincia se emborracharon contranatura.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Adán.." es una de las mejores piezas de la literatura universal.
no recuerdo la parte del cono amarillo, pero si es tal cual, el "gordo" era vidente.
saludos, todo muy bueno como siempre