Ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad, Artículo 66: “A su ingreso al establecimiento el interno recibirá explicación oral e información escrita acerca del régimen a que se encontrará sometido, las normas de conducta que deberá observar, el sistema disciplinario vigente, los medios autorizados para formular pedidos o presentar quejas (...)”
Informe del Procurador Penitenciario de la Nación: La “bienvenida”, la recepción institucional, que padecen las personas al momento de ingresar a una unidad carcelaria (...), se define a través de múltiples y variadas `violencias´ ejercidas por personal penitenciario. Los relatos de las personas encuestadas: - “La `bienvenida´ en Devoto fue terrible, me cagaron a palos, trompadas, estaban borrachos y me pegaron tanto que por un mes no me pude reír” (...); - “En la ´bienvenida´ te matan, son muchos los que te golpean, te escupen, te hacen doler y si ingresas un viernes que el personal está en pedo, `te matan` mucho peor”. En este sentido se constituye en un rito de presentación de la cárcel como institución de castigo, sufrimiento y dolor, en una dimensión que la reconoce como pena esencialmente corporal.
Artículo 77: “Al personal penitenciario le está absolutamente prohibido emplear la fuerza en el trato con los internos, excepto en los casos de fuga, evasión o de sus tentativas o de resistencia. Aún en estos casos, todo exceso hará pasible al responsable de las sanciones administrativas y penales que correspondan”
Informe del Procurador: En las últimas requisas de pabellón tiraron con balas de goma, nos hacen desnudar y tenés que hacer una fila y ponerte de espalda y nos pegan a todos. Nos hacen hacer una montaña humana, la pirámide y cuando el de abajo se asfixia pega para arriba a los presos que lo aprietan; Los viernes la requisa es mucho más violenta porque los penitenciarios están tomados; Te golpean con todo, palos, escudos, a trompadas y a mi me pincharon con facas, sí, los de requisa, ellos entraron con facas; Cuando te pegan en la cara es para dejarte marcado y hacerte sangrar, algunos penitenciarios cuando te sale sangre de la boca, paran y otros parece que eso les de más “adrenalina” y no paran de golpearte, hasta que escupís algún diente o la sangre te cubre la cara.
Por si no se entendió: tengo la sensación de que las leyes son letra muerta, que desempolvan algunos sectores cuando ven vulnerados sus derechos a meter represores en el Congreso, o cuando el accionar del Estado obstaculiza la acumulación y la generación de ganancia. No veo Blumbergs ni De Ángelis preocupados por la situación carcelaria, ni funcionarios combativos, ni periodistas confrontativos. Los presos son los desaparecidos de la democracia, de los presos no habla ni la izquierda ni la derecha, ni el campo ni el Gobierno. Ni nadie.