-Estuve ciento cincuenta días en las calles con la protesta permanente (…) En esos días logramos trabajar pero igual nos cuidábamos. Dormía como en cinco lugares distintos. Había protección frente a la persecución. Pero después de los ciento cincuenta días las calles no nos protegían. Esta situación de la persecución por parte de las fuerzas de seguridad y los paramilitares hizo todo mucho más inseguro. Tuvimos un intento de secuestro en un viaje en taxi. Simulamos una llamada de alguien que nos estaba siguiendo en otro auto. Bajamos y nos salvamos. Fue una situación tensa en la que había que pensar rápido.
En Noticias del Sur.
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