Cuento N° 20 de "El amor en tiempos del kirchnerismo". Para los losteanos (si todavía no viste el final de Lost, NO LO LEAS)...
El final
Y cuando abrió los ojos, se encontró en el Hotel Intercontinental, nuevamente, perdiendo las elecciones con un 30%. Como una especie de deja vú del 2009 que lo angustiaba, que le cerraba la garganta hasta casi dejarlo sin respirar.
Pero cuando realmente sintió que los ojos le estallaban en un mar de lágrimas, fue cuando vió a su padre entre la multitud que, desconcertada, deambulaba por el Intercontinental tratando de que alguna mesa retrasada del Conurbano les permitiera llegar al ballotage. El viejo Horacio parecía esconderse entre la muchedumbre, y la imagen emulaba alguna película barata de suspenso. El tipo esquivando la multitud y zamarreando sujetos que luego confirmaban no ser su padre. Y la figura de su padre que volvía a reaparecer en otra dirección. Había que ir con cuidado. El viejo había muerto hacía dos años, horas después de la derrota del 28 de junio de 2009, y algunos de ahí lo sabían. Si se había vuelto loco, lo importante era no parecerlo. Podría, luego, irse a la provincia a volverse loco en soledad: no hacía falta perder la dignidad públicamente. Sin embargo, seguía viéndolo.
Aunque sospechaba que no era casual, se tomó con calma el mensaje que lo invitaba al piso 6°, habitación 78, a ver los resultados por la tele con el Intendente de su distrito. Una secuencia de números que le había estado tan presente: 6,7,8. 678 había sido el número de la mesa que fiscalizó, y el número de votos por el que perdió la general en su escuela, y la patente del auto del fiscal del Pro que salió sonriente con una victoria, y el número de placa del poli que casi lo mete en cana por boxear al sonriente fiscal del PRO. Pensó que los números estaban malditos, y dejó de pensar cuando entró a la habitación de su Intendente y, en vez de verlo a él, encontró a su padre, de pie, sonriente, prolijamente perfumado. Horacio, quien había muerto hacía 2 años. Horas después de aquél 28 de junio.
- ¿Papá?
- Qué hacés, Marcelito...
- No, pará, no entiendo nada...¿estoy en pedo?, ¿vos no te habías muerto?
- Sí. Te dije que estaba fumando como un hijo de puta, ¿no? Reventé, Marcelito.
- Pará, ¿y qué carajo hacés acá?
- ¿Vos qué hacés acá?
- ¿Qué...?
- Te moriste vos también, Marcelito.
- No, pará, ¿qué decís?
- Que estás muerto. El 28 de junio de 2009 vos también te moriste, Marcelito. ¿Te acordás la puntadita en el corazón?
- Me acuerdo...y, ¿vos sos de verdad?
- Eso espero. Sí, soy real. Vos también sos real. Todo lo que pasó es real. Toda esta gente que está en este Hotel es real.
- ¿Están todos muertos?
- Todos mueren alguna vez. Algunos antes que vos, otros mucho después que vos. Pero todos murieron con la derrota del kirchnerismo: 30% de muertos, así, de una.
- ¿Y qué hacen todos acá ahora?
- Bueno, acá no hay un ahora.
- Pará, viejo. ¿Dónde estamos?, ¿quiere decir que todo esto que pasó fue mentira?, ¿la Ley de Medios?, ¿6,7,8, los blogs, Canal 7?, ¿Néstor en el Unasur?, ¿el fóbal para todos?, ¿la incipiente apertura política con otras fuerzas?, ¿la estatización de las AFJP pasó en serio?, ¡la asignación universal por hijo, viejo, decime que la sacamos de verdad! Los festejos del Bicentenario...claro, con razón salieron tan lindos...¿fueron de veras?, ¿los tipos de Fuerza Bruta eran angelitos al final?
- Todo lo que pasó fue de verdad. Este lugar, esta isla que armaron después del 28 de junio de 2009, la hicieron todos ustedes juntos para no morirse con el 30%. La parte más importante de tu gobierno fue la parte que pasaste haciendo estas cosas. Esto es por lo que todos ustedes están aquí. Nadie lo hace solo, Marcelito. Después del 28 de junio, necesitabas a todos, y ellos te necesitaban.
- ¿Para qué?
- Para recordar...pero también para dejarlo ir y avanzar.
- Carrió, Macri, el Grupo Clarín...ellos decían que nos estábamos yendo.
- No es irse. Es avanzar.
- ¿A dónde?
- Eso, Marcelito, es lo que vamos a averiguar.
Primavera 2024 (55)
Hace 12 horas.