18/12/09

Versión taquigráfica


Acá pueden leer lo que pasó en la mejor sesión parlamentaria de la historia de la Humanidad: una sesión donde se decidía acerca de la continuidad de la cabeza del Rey...junto a su cuerpo. Hay que rosquear eso. Una cosa son unos puntitos de retenciones: si eso, imaginen, genera crispación, tratemos de fantasear qué puede suceder en un debate sobre cortarle el marote a uno, o no.

(Si esto fuera una película, o un dibujito, acá la imagen se va nublando...como en un sueño...):

- Por eso, señor Presidente, mi voto para cortarle la cabeza al Rey va a ser positivo.

(Aplausos).

- Tiene la palabra el diputado Claudio Lozano.

- Señor Presidente, me presento ante esta Asamblea para denunciar el escandaloso, fabuloso, estrepitoso y demás apelativos terminados en -oso, que la Nación francesa está realizando con la importación de metales para la construcción de guillotinas. Señor Presidente, quiero decir que nosotros estamos conceptualmente de acuerdo en terminar con la monarquía, pero no vamos a consentir, desde Le Projet Sud, que en nombre de los valores de la libertad se esconda un negociado...me quedé sin adjetivos...un hiper re quete contra negociado, que vincula a los supuestos libertarios con el monopolio guillotinero de este país que tiene nombre y apellido señores: Joseph-Ignace Guillotin. Desde Le Projet Sud, proponemos que se modifique el proyecto para que quede como nos gusta a nosotros. Desde Claude Lozano, que soy yo, proponemos que las guillotinas sean construídas por fábricas recuperadas, con materiales reciclados, con metales extraídos del suelo pero sin ningún tipo de contaminación, o sea, con gente fabricando metales en la bañera de la casa, muy progresista todo. Y si después las cabezas no se cortan, ese será otro problema que tendremos que venir a discutir mientras el Rey grita de dolor. Pero mi voto, señor Presidente, es negativo: no vamos a ser cómplices de semejante negociado.

(Aplausos. De Claude. A su discurso).

- Tiene la palabra, la diputada por la Montaña del Terror, Diana Conti.

- Señor Presidente, algunos pensaron que yo iba a votar positivamente, sin miramientos. Señor Presidente, se equivocan. Voy a votar con miramientos. Señor Presidente, usted, con esas peluquitas medias de puto que usa, esas medias que insinúan que a usted la revolución se la vienen haciendo ya, hace rato, usted, señor Presidente, usted es un cobarde. Usted es un cobarde como el resto de las maricas que están sesionando acá: ¡usted y todos sus amiguitos, usted y el balinazo de Robespierre, blandito de porquería!, ¡ay, guillotinemos al Rey!, ¡uy, pero qué valientes! Yo me pregunto, Sr. Presidente: ¿y los funcionarios del Rey?, ¿y los amigos del Rey?, ¿y los hijos?, ¿y los hijos de sus hijos?, ¿y ese gil que me mira con cara de boludo, pedazo de girondino come trapos? A todos, Sr. Presidente, matemoslós a-to-dos, pero antes desafilemos las cuchillas, que dure un rato largo, traigamos a los pibes de excursión escolar a ver el espectáculo.

(Aplausos. La diputada se retira, hacha en mano, llorando sangre).

- Tiene la palabra el diputado Fernando Iglesias.

- Señor Presidente, hace veinticinco años vengo predicando: hay que cortarle la cabeza al Rey. Y, hoy, estimadísimo auditorio, todos están de acuerdo conmigo. Entonces, mientra venía caminando para acá, pensé: voy a votar en contra. ¿Por qué?, se preguntarán ustedes, se pregunta Marat y Danton, mientras me miran y me pasan el dedo índice por el cuello en señal de que voy a morir. Voto en contra porque si estoy de acuerdo, luego, no existo. ¿Acaso existe el día si no existe la noche?, ¿acaso existe el Correcaminos si no existe el Coyote?, ¿existiré yo, mañana, si no me opongo hoy? Mi voto es negativo: estoy en contra de que las cabezas se separen de los cuerpos, aunque tampoco estoy muy a favor de la continuidad de las cabezas sobre los cuerpos.

(El diputado es "acompañado" por Danton a "discutir unas cositas". La cabeza de Fernando Iglesias es encontrada horas después en un baldío. El pueblo decide darle cristiana sepultura: más por hartazgo -la cabeza, sola, se seguía oponiendo- que por convicción religiosa).

- Tiene la palabra la diputada Gabriela Michetti.

- Este clima de crispación no permite construir cosas con buena onda. Porque la política, amiguitos girondinos, amigotes montañeses, es una cosa que hay que hacerla con buena -y no con mala- onda. Pum para arriba, como decía el Teto Medina. ¿Tenemos que cortarle la cabeza a alguien?, bueno, hagámoslo con una sonrisa en la boca, un peinado nuevo y una actitud positiva. Basta de discusiones, basta de agresiones personales: ¡eso no suma, chicos!, ¡re-nada-que-ver-con-nada! Estamos todos acá, con estas ropas re bonitas que usamos en 1793, ¿y nos ponemos a agredirnos así porque sí? Yo creo que no. Creo que hay que dejar las cosas malas y empezar a hacer las buenas.