Yo no tengo problemas con el consenso. Hasta, mire, creo en una especie de consenso: algo así como un par de reglas básicas para jugar, para no llevarte la pelota si vas perdiendo. Pero ése es UN consenso, el básico, no todos: ese es el consenso de lo político (como dimensión, ¡fua!, ontológica, como instancia instituyente de lo social). Yo no tendría problemas, tampoco, con el consenso del Acuerdo Cívico y Social, el del ricarditoalfonsinismo, el del cobismo, el del PRO y el de todos los abanderados del diálogo, si entendiéramos -y, por otro lado, se hicieran cargo -que ese es otro tipo de consenso: el consenso en instancias de la política (como el conjunto de prácticas por las cuales se crea y sostiene un determinado orden). Me banco este segundo consenso, en tanto estrategia política.
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