10/3/10

Contrapunto de El Amor y La Política

Décimotercer cuento de "El amor en tiempos del kirchnerismo". Hoy: "Contrapunto de El Amor y La Política".


"Contrapunto de El Amor y La Política".



Ansioso por verla llegar,
ahogando en el vaso el olvido
dio El Amor por perdido
ese día majestuoso
mas se acerca ahora el mozo
y le susurra al oído:

"En diez minutos vendrá
su esperanza compartida
pues no habrá nada que impida
la llegada de esta entente
pues quien diga no le miente:
este es el Bar de La Vida".

Y allí cruzó por la puerta
bosquejando una sonrisa
tenía La Política prisa
y ordenó algo con señas
arrojó al fuego una leña:
le preguntó qué quería.

El Amor le dijo tranquilo
que no aprobaba sus medios
que el presente era el tedio
que amar es para el futuro
La Política, sin apuro,
le frunció el entrecejo:

"Admiro su compasión
por explicarle a este hosco
que hay alguien que lleva el rostro
de la vida en el futuro;
mas a ese invento de los puros
yo, más bien, no lo conozco."

Requirió ahora el Amor
que le hablen de pragmatismo
de ese amor por ahora mismo
que La Política profesa
resultadismo que así reza:
un balance es catecismo.

"La ventaja de El Amor
es ver posible la paciencia
pero sabemos a cierta ciencia
que no hay virtud de política
en el hombre que no me explica
lo inútil: la ineficiencia".

Allí donde había dos voces
resonó solamente una
La Política, ya lo juna,
y retoma la palabra
sin magias de abracadabras
continúa con su mesura:

"Puede usted, El Amor,
sentarse a mirar La Vida
empresa de gente amiga
que no exige burocracia
mas hay allí una falacia:
la verdad no ha sido dicha.

Pues la nobleza de sus vivencias
tienen solo muy buena fama
convertidas por cierta rama
literaria y marketinera
en un parte verdadera
de la vida y de la nada.

Ahora quisiera develar
lo fácil de su existencia
El Amor es una ciencia
que tan khuneana como indigna
pierde y cambia paradigma
si el resultado no llega.

No hay nobleza en ese Amor
no hay Romeos ni Julietas
jugársela en esas ruletas
de deseos egoístas
no tiene más de altruista
que ninguna de mis metas."

Manoteando el saco verde
dejó dos peso´ e´ propina
besó al Amor, esa mina,
y pa´ rajarse del momento
tiró al suelo el asiento
y se perdió en esa esquina.

El Amor ahora distante
pidió al mozo le remarcara
a cuánto se le aumentaba
la cuenta de esos bombones
y al Amor dos lagrimones
le rodaron por la cara.

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