17/11/06

Justificaciones

Hace tiempo lo descubrí. Pero siempre había sido mi sueño. Debe ser de esas cosas psicológicas, eso de que cuando jugás a algo desde chico te queda en el inconsciente y un día explota y ¡pum!: sos vos, adulto. No sé, Nerón jugaría a quemar papel con una lupa y el sol (yo recuerdo que hacía eso) y más tarde o más temprano quemó Roma. O me imagino a Jesucristo cuando José lo mandaba al almacén diciéndole: ``¿qué me das órdenes?, ¡vos no sos mi papá!``, y con el pasar de los años resultó que el papá no era José, pero bueno, a los efectos de la integridad de Jesús hubiera sido mejor ser solamente hijo de José. Pero les decía, no sé por qué me fui de tema, que siempre fue mi sueño: hacer burbujas con detergente. Pero no sólo hacerlas, porque eso ya me sale producto de largas tardes de entrenamiento, sino poder algún día vivir de ello. Porque, debo confesarlo sin temor a pecar de soberbia, tengo un gran entrenamiento en el arte de hacer burbujas con detergente. Todo se remonta a una tarde. Ojo, no es una afirmación ontológica acerca del carácter inicial del Universo. No, lo aclaro porque alguno podría pensar que mi teoría acerca del comienzo del Universo es que todo se remonta a una tarde. Pero no, llevemos el hilo de la narración. Digo que mi pasión por las burbujas hechas de detergente -y agua- se remonta a una tarde. Al menos el descubrimiento de esa pasión. La vida, esto sí es una afirmación ontológica, es una constante búsqueda. Usted me podrá decir: para leer auto ayuda no hacía falta meterme en un blog, iba y me compraba cualquier libro pedorro de algún psicoanalista de pacotilla. Entonces, déjeme terminar la frase: la vida es una constante búsqueda de actividades que nos saquen del aburrimiento de vivir. Es como tautológico. Contradictorio, me gusta más, porque tautológico se me hace muy de ciencia lógica. Raro, quizás: vivir es aburrirse, pero también buscar cómo no aburrirse. Bueno, la frase es una boludez, y no voy a gastar más renglones en defender que dije una boludez. Solamente quería justificar mis largas horas perfeccionando la técnica de hacer burbujas con detergente. Sin embargo, creo que es una tarea muy noble, y que no necesita de más justificaciones más que ella misma: hacer burbujas con detergente es nada más que eso. Quien quiera oir que oiga.
Esto es un blog para reivindicar el boludeo improductivo. Escribir este blog es, a la realidad cybernética, lo que hacer burbujas con detergente a la vida realidad: el perfeccionamiento constante en una técnica que no sirve para absolutamente nada. Amén.

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