Por alguna razón, culpa de clase, mezcla de identidades, lo que sea, me cuesta la frase: "sí, soy peronista". Porque tampoco soy afiliado al PJ, si ese es el criterio.
Pero si tuviera que decirlo, diría que soy peronista del 18 de octubre. Más que del 17.
Digamos que creo en los sueños colectivos, claro que creo: ese día, aquél 17 de 1945 debió haber habido felicidad. Seguramente. Seguramente los tipos que estaban ahí, mojando las patas en la fuente de la plaza, fueron felices, también, por ese ratito.
Pero lo que más me atrae del peronismo no es la liturgia. Perdón. Pero no es la marcha, tampoco. Ni la movilización, ni el bombo, ni los cantitos, ni el chori. Los festejos populares están bien. Claro que están bien. Vamos.
Pero a mi me atrae el 18.
Me atrae la historia de los tipos volviendo a la casa al otro día. El tipo que volvió de meter las patas en la fuente y encontró, al otro día (claro que no fue al otro día, claro que es una idea metafórica), que tenía quince días de vacaciones y un hotel del sindicato que le salía gratis. El pibe por primera vez vestido de jugador de fútbol, con botines de los de los jugadores de fútbol de verdad, jugando en un estadio de verdad, en un Torneo Evita. Menos demagógico, y no tan individual: los tipos sentándose, ahí, en la mesa con los patrones, a negociar el salario. Los trenes llegando a horario, y los peones cobrando dignamente. La libertad que, nos guste o no, nos da el dinero. La política del tiempo libre.
Los dos mangos de más. Por ahí es un reduccionismo idiota: pero los dos mangos de más son un hecho político extraordinario. Así como hay cosas que del 45 para acá hay que superar, ya, también hay cosas que se mantienen. Los dos mangos de más, ayer y hoy, son claves. Sin mencionar los que tienen dos mangos de menos (empezando, digo, por los que tienen dos mangos de menos). Porque el peronismo del 45 dio, otra vez reduciendo, los dos mangos de más, el laburo mejor, la casa digna, las vacaciones: derechos.
Los dos mangos de más son, hoy, la diferencia entre la bici y la zanellita en los pueblitos. Entre la zanellita y el autito. El autito, macho, el autito es clave. La dignidad del pibe que con los dos mangos de más va a la tarde a hacer las compras es un hecho político. El orgullo del que cobró por primera vez y hace un asado, y pone toda la plata él, y no importa cuánto ni cuándo se devuelve. No importa a cuántos hay que bancar. Que no importe es un gran hecho político. Un hecho político individual, un marco de la política para la suma de sueños individuales. Una dieciochada.
Me atrae más la capacidad del peronismo de darle institucionalidad a la posibilidad de los sueños individuales, que su capacidad de crear mitos colectivos.
Y posiblemente una cosa sin la otra no se puede, o sí, no sé, habrá que ver, y pensarlo un rato. Pero tampoco se vive de sueños colectivos, no hay nadie que se alimente, todos los días del año, de plazas repletas. La política es un goce individual para muy pocos. No se puede ir a festejar nada, de a muchos, si no hay mucho para festejar. No hay diecisietes si no podemos pensar los dieciochos. No se mojan las patas en la fuente si no se sabe que hay, en casa, una toalla seca y un par de zapatos de recambio. El festejo por la celebración del festejo es más nuestro prejuicio que la propia realidad.
Si el peronismo no sirve para enmarcar esos sueños individuales, entonces no sé.
Si la política no sirve para eso, entonces tampoco sé.
¿Qué hacemos acá?
Qué se yo.
¿"Fusiles, machetes, por otro diecisiete"?
Nah.
A mi dame: "los sueños, los votos, por otro dieciocho".
Primavera 2024 (63)
Hace 6 horas.
5 comentarios:
Es que quizás, de la enorme potencia polísémica del movimiento, esa lectura dieciochesca que usted dice es la que dota de sentido a todas las demás. Al menos para mí, claro.
Saludos
Me encanto lo pagar el asado como hecho político, posta. Genial imagen del "mejor bloguero vivo" como dijera Natanael.
Pero la fecha, no es la del 16? no fueron esos dos mangos en el bolsillo antes lo que generaron el 17 y no al reves?
Un profe de politica que tuve, analizando el 17 decia que alguien dijo en esa famosa reunión "Perón nos dio más de lo que podíamos soñar". Ahi está la conducción: en poder vislumbrar esa oportunidad, esa disfrute individual, como un hecho politico.
Derechos para una nueva identidad politica y no identidad política para tener derechos. Ahi esta la bocha.
Un abrazo
Comparto el post. Sobre todo lo del asado.
Pero agrego con ánimo de joder nada más algo que se lo escuché a Omix y tiene razón: "Muchos de los principales logros de Perón los hizo antes de ser presidente". O sea, el 16.
Yo creo, Tomás, que el peronismo es del 18 "y" del 17... o no es peronismo. Es una tontería, lo sé, pero estas son pel{iculas que sólo se cuentan completas y en todas las direcciones. El 17 produce sus antecedentes y el 18 crea lo que ya estaba ahí. Son esas cosas raras de las revoluciones.
Y eso sí... no creo que haya nada sin eso que llamás mitología. Quiero decir que sí se vive de sueños colectivos; si son realmente colectivos vienen del 18 hasta el 17 y generalmente se llevan puesto todo.
Como odié siempre en la escuela ese ejemplo gorila puto que nos daban haciendo la analogía entre la caña de pescar, el pescador hambriento y el peronismo.
Los que dicen que no se contruye política regalando bicicletas de la fundación los día del niño es porque nunca les faltó nada y la re concha de su madre...
Publicar un comentario