Ahora que se puso de moda el periodismo de adivinación, o el especulacionismo periodístico, Luis Majul comienza a analizar, desde nuestro blog, la semana política. Basado en técnicas milenarias como la adivinación de pensamiento, la bola de cristal, la lectura de manos, el Google o el simple saraseo, Luis nos presenta hoy:
Cristina soñó con un caballo que tomaba agua en el estanque
Por Luis Majul
Se levantó 7 y cuarto. Le gusta poner el reloj a las siete, apagarlo, y dormir quince minutitos más. Siempre durmió del lado izquierdo de la cama, y no va a cambiar ahora. Como si quisiera conservar el poder de su esposo dejando su espacio sin ocupar. Así no funciona. Toma un té con dos tostadas. A una le pone Mendicrim light. A la otra, en cambio, mermelada BC, esta semana de durazno, pero la anterior de frutilla. Como el ying y el yang, como una comida agridulce en dos cuotas: primero lo agri, después lo dulce, quitándole la contemporaneidad que califica a una comida como agridulce.
Ese día, Cristina soñó con un caballo que tomaba agua en el estanque. Entonces pensó que eso debía significar algo. Se lo contó al Chino Zanini, pero no la escuchó porque agarró la pava con el trapo mojado, y el calor se pasa igual, y entonces se quemó la mano. Gritó: “ay, la re puta que lo parió”. Es un símbolo de crispación, también. Aunque hay cierto triunfalismo. Lo pueden decir los granaderos. A quien Cristina antes no saludaba y ahora, en cambio, sí. Asiente con la cabeza y les dice: “hola, ¿cómo andan?”. Y los granaderos no responden porque son, claro, granaderos, y trabajan de quedarse piolas ante los estímulos externos. Cristina una vez pensó que no le gustaría ser granadera. Vaya a saber uno por qué, yo solamente sé que pensó eso.
Pide un café, ni bien llega, y lo revuelve en 32 oportunidades, mientras piensa que, en vez de hacer cosas para que la vote menos gente, debería, claro, hacer cosas para que la vote más gente. Es una adicción tremenda al poder que tienen los peronistas, que en vez de hacer cosas para que la gente los desprecie de por vida, intentan hacer cosas para que los sigan votando. Esa enfermedad, quién sabe si no es la misma que deterioró la salud física de Néstor Kirchner. En el fondo son conservadores: en vez de querer perder todo revolucionariamente como deben hacer si dicen ser de izquierda, quieren mantener lo conquistado. Qué mentirosos, hijos de una gran siete.
Se pregunta si tiene crédito en el celular, pero no manda el mensajito de “Consulta de saldo”. Agarra y llama directamente, total cualquier cosa la chica de Claro le va a decir que “su saldo es insuficiente para realizar esa llamada”. Y sino, tiene el liberado de la Casa Rosada. Pero no, la atienden, se ve que sí tenía crédito, a pesar de sus dudas. Dudas que no quiere mostrar hacia afuera, porque su imagen caería: nadie quiere una presidenta que no sabe si tiene crédito en el celu. Habla algunas cosas, que sería relevante conocer a los efectos de este análisis político, pero la aversión del oficialismo a la prensa independiente se traduce en que Cristina no permite que viajemos con ella en su auto oficial. Mucho menos dormir en su cama. Aduce respeto a la intimidad pero, tras eso, esconde un rechazo visceral por todos los que piensan distinto a ella. Es una ley del periodismo que viene desde Truman Capote: si no te deja dormir con él, algo está ocultando. Rodolfo Walsh decía algo parecido. Si Cristina fuera progresista dende veras haría algo más parecido a lo que dijo Walsh. Que ahora no sé bien cómo era, y los resultados de Google son demasiado confusos. Como el entorno de Cristina. También está lo de Cristóbal López que no sabía bien dónde engancharlo. Y acá de paso pongo que la oposición está desconcertada, para quedar como periodista ecuánime, que soy, por cierto. Mirá cómo ecuanimizo: la oposición también hace cosas malas en vez de buenas.
Se acordó después de que soñó con un caballo que tomaba agua en el estanque, y le dio sed. Toma hace mucho tiempo esas aguas saborizadas, valga el oxímoron. Mientras tomaba el segundo vasito, porque toma dos, pensó en sus hijos y en cómo sería la vida de ama de casa. Cuidando a Máximo y a Florencia. Aunque Máximo esté ocupado poniendo funcionarios retrospectivamente, es decir, asumiendo la responsabilidad de cosas que le anteceden. Rosendo Fraga, sin ir más lejos, acusó esta semana a Máximo de haber sido asesor de Viola. Tal vez es una forma de elogio, si Máximo fue capaz de asesorar a Viola en pañales y andador, entonces estamos ante la presencia de algo extraño. Quizás ahí se conocieron Máximo y Rosendo: cuando Rosendo era asesor de Viola, ya.
Cristina también piensa en Florencia, con algo más de temor. Su gusto por el cine. El temor es que Florencia rompa con el kirchnerismo y se ponga a hacer películas como las de Pino Solanas. No tanto por las especulaciones que pudieran surgir, sino más bien por lo aburridos que son los documentales testimoniales. Cristina piensa que Pino debería hacer la remake de Rambo relatada con la voz en off de él mismo. Aunque yo, sinceramente, te iría a ver “Los hijos de Néstor” filmada por Florencia Kirchner. Quien, por cierto, cambió bastante desde el 2003 para acá. Mi abuela decía “pegó el estirón”. Ahí hay un espacio de poder vacante: el novio de Florencia. Creen que tal espacio será ocupado rápidamente por un militante de La Cámpora, como Marcelo Tinelli, Sting (que vendría por eso a tocar a Plaza de Mayo), Pochi, el sicario más joven de México o, quizás, Ángel Cappa, todos pertenecientes al círculo íntimo de Máximo Kirchner. A Cristina el que más le gusta es Pochi, porque combina la ternura de sus doce años con la capacidad política de armar y sostener una estructura de tráfico de drogas. Pero piensa en las dificultades de recuperar a los sectores medios con las imágenes del Pochi arrojando cadáveres degollados al costado de la ruta. Orlando Barone emitió su queja por la posible incorporación del Pochi al kirchnerismo. Pidió que ahora no llegue cualquier arribista y ocupe los espacios de los que estaban desde la primera hora. Como en el feudalismo, el entorno de Cristina también intercambia matrimonios por poder.
Esto pasó en la semana política.
16 comentarios:
Si te fijás, el estanque con que soñó Cristina es el mismo que estaba construyendo Gabriela Cerruti cuando la interrumpieron con unos twitters amenazadores
http://www.facebook.com/profile.php?id=1213523065
Ya nos habian deleitado con las habilidades del periodista-mosca que presenciaba hasta las reuniones mas intimas y secretas, pero esto del periodista-mentalista si que es servicio a la comunidad! Un sacerdocio.
Jaja, hilarante.
Fijate que la Coca Sarlo también adhiere a la corriente adivinadora del dino-periodismo... están en llamas.
Un beso!
je je, es majilismo puro
¡Qué cosas locas que pasan en la semana!
JA JA JA JA JA...Muy bueno!!!!
Es peor aún. No solo que los peronistas tratan de hacer las cosas para que los voten. Encima se cagan de risa de gente seria como Majul. Así está el páis.
el país esta como esta por el granito diario de hipocresía que aportamos. somos los mejores en eso
Un pelotudo importante, me da verguenza ajena. Majul mas ESTUUUPIDOO que nunca.
¿Luis Carrió o Elisa Majul?
Saludos entrerrianos...
¡Majulvilioso!
Majul es tan penoso que me da lástima tenerle lástima.
Yo no entiendo cómo hace Majul para posar de kirchnerólogo cuando jamás lo recibe Cristina ni lo recibía Néstor. Escribe libros -¡de 500 páginas!- sobre algo a lo que no tiene acceso y publica todas sus columnas sobre el mismo tema. Es raro, es como posar de arqueólogo sin nunca haber ido ni siquiera a un museo.
Incrédibul.
Abrazo
Impresionante relato. Este Majul se las sabe todas :P
Acá, la nota sobre la SIP pidiendo que lo paren de insultar:
http://www.elmegafono.com/2010/11/la-sip-ahora-reclama-que-no-le-griten.html
Slds.
Es obvio que este texto no es de Maju... él no tiene tanta agudeza ni imaginación.
Salute!
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