Casi toda la gente que conozco que trabaja en un call center se volvió loca. No tengo mucho más por decir. Desconozco las razones del fenómeno, y esto no es un tratado foucaultiano acerca de la disposición física de los call centers. Aunque sería una buena idea. Debería releer a Bentham (El Panóptico), Vigilar y Castigar de Foucault, algunas cosas de Kafka. Si Kafka viviera escribiría sobre los call centers. Pero solamente quería decir eso: la gente que trabaja en los call centers se vuelve loca, indefectiblemente. Hace dos días me llegó una propuesta de trabajo, de CTI, para un call center. No pienso ni siquiera contestarles. Temo que solamente la negativa me transforme en un empleado-esclavo de una multinacional. Temo ser el Joseph K. de la CTI.
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