Si faltaba algún síntoma que demuestra claramente la decadencia de Los Simpson la nueva voz de Homero desentona junto a la de tantos otros personajes (toda la familia incluída, con una Lisa chillona y una Marge al borde del retraso mental). Los dejo con Borges, que seguro miraba Los Simpson (bueno...miraba...se los contaría María Kodama, la Yoko Ono de las letras argentas):
´´(...)Hollywood acaba de enriquecer ese vano museo teratológico; por obra de un maligno artificio que se llama doblaje, propone monstruos que combinan las ilustres facciones de Greta Garbo con la voz de Aldonza Lorenzo. (...) Quienes defienden el doblaje razonarán (tal vez) que las objeciones que pueden oponérsele pueden oponerse, también, a cualquier otro ejemplo de traducción. Ese argumento desconoce, o elude, el defecto central: el arbitrio injerto de otra voz y de otro lenguaje. La voz de Hepburn o de Garbo no es contingente: es, para el mundo, uno de los atributos que la definen. Cabe asimismo recordar que la mímica del inglés no es la del español. (...) No hay partidario del doblaje que no acabe por invocar la predestinación y el determinismo. Juran que ese expediente es el fruto de una evolución implacable y que pronto podremos elegir entre ver films doblados y no ver films. Dada la decadencia mundial del cinematógrafo, la segunda de esas alternativas no es dolorosa. Recientes mamarrachos (...) nos instan a juzgar una suerte de paraíso negativo...´´
´´(...)Hollywood acaba de enriquecer ese vano museo teratológico; por obra de un maligno artificio que se llama doblaje, propone monstruos que combinan las ilustres facciones de Greta Garbo con la voz de Aldonza Lorenzo. (...) Quienes defienden el doblaje razonarán (tal vez) que las objeciones que pueden oponérsele pueden oponerse, también, a cualquier otro ejemplo de traducción. Ese argumento desconoce, o elude, el defecto central: el arbitrio injerto de otra voz y de otro lenguaje. La voz de Hepburn o de Garbo no es contingente: es, para el mundo, uno de los atributos que la definen. Cabe asimismo recordar que la mímica del inglés no es la del español. (...) No hay partidario del doblaje que no acabe por invocar la predestinación y el determinismo. Juran que ese expediente es el fruto de una evolución implacable y que pronto podremos elegir entre ver films doblados y no ver films. Dada la decadencia mundial del cinematógrafo, la segunda de esas alternativas no es dolorosa. Recientes mamarrachos (...) nos instan a juzgar una suerte de paraíso negativo...´´
J.L.B. Discusiones.